miércoles, 21 de diciembre de 2011

Le yakuza y le freak

Hola a todo el mundo. Sí, he tardado cerca de 20 días en publicar esta entrada, pero teniendo en cuenta la cercanía de la presentación de trabajos de la universidad, y demás cosas, no he podido escribir antes. De hecho, ahora tendría que estar corriendo hacia casa (que me quedan mas de cinco kilómetros de camino a pata), pero me he despertado inspirado escuchando versiones acústicas de The Smashing Pumpkins, y he decidido ponerme con esto antes de nada.

¿No me pedisteis una bizarro-gore-friki-japonesa-máscosasquenorecuerdo? Pues ahí va.


    Eran cerca las diez de la noche, en el sótano de un antro de mala muerte, algún lugar de Japón. En el húmedo y sucio lugar se reunían un grupo de hombres vestidos con trajes caros, en torno a uno atado a una silla. Este último no tenía camiseta, y los enormes tatuajes que cubrían su cuerpo se veían ahora cubiertos por su sangre. Uno de los hombres bien vestidos estaba frente a él, y esporádicamente le golpeaba la cara. Pero entonces llegó una persona del bar, y susurró algo a uno de los presentes, algo más entrado en edad que los demás. Este mandó detenerse al que estaba golpeando al prisionero.

-"Detente, no hace falta que sigas. Te necesito en otra parte."
-"Pero..."
-"Si no ha hablado hasta ahora, creo que es momento de empezar a ver cuánto valora los dedos de sus manos. Kurosaki, debes marchar."
-"¿Qué debo hacer, señor?"
-"Acabar con Ozawa Fudo. Ve, y hazte cargo de ese joven."
-"El motivo..."-Preguntó por lo bajo y algo tímido Kurosaki.
-"¿¡Cuántas veces te he de decir que no hables más de lo que se te pide!? ¡¡Ve ya, o serás tú el que no podrá volver a escribir con normalidad!!¡¡Rápido!!"-Rugió el yakuza más mayor.

    Kano, se llamaba él. Por supuesto, Kurosaki era su apellido, y como era habitual allí, solían referirse generalmente a él a través de su apellido. Resopló en el coche, mientras leía la dirección de su objetivo en la servilleta que le habían tendido. A él le tocaba siempre la peor parte. El coche arrancó, y avanzó por las abarrotadas calles de la metrópolis, bajo el cielo oscuro y lluvioso. Si de golpe quitasen el alumbrado público de la ciudad, los carteles de neón bastarían para iluminar perfectamente las calles. Pero el coche rojo, conducido por Kurosaki, fué adentrándose cada vez más en la oscuridad. Se dirigía a un barrio residencial en las afueras, lejos del bullicioso centro de la ciudad, con sus altos edificios. Era un barrio tranquilo, de casitas con jardín propio, donde daba la sensación de que las farolas no eran la iluminación suficiente.

    El yakuza bajó del coche, ignorándo el chaparrón que le caía encima, y entrándo en el jardín. Se plantó frente a la puerta, y metió su mano derecha por debajo de la chaqueta, para sostener su pistola que tenía guardada en la sobaquera. Y llamó golpeando la puerta. A los pocos segundos, para su sorpresa, esta se abrió sola. Kurosaki sacó rápidamente el arma, y apuntó, pero no había nadie. Entró por el pasillo, con el arma lista, mirando a su alrededor. Se escuchaba el sonido de agua fluir en el piso de arriba, alguien se estaba dando un baño. Se acercó a las escaleras para subir, pero tras él, al otro lado de una puerta corrediza, se escuchó una voz.

-"¿No habías venido a buscarme?"

    Kurosaki dió media vuelta, y abrió la puerta. Era una habitación pequeña, llena de pósters, estantes con miniaturas y cómics, y envases de comida a domicilio. Frente a él, dándo la espalda a un ordenador, había un chico de aspecto descuidado, con gafas; hacía bastante que no se cortaría el pelo, y la barba era de unas semanas. Sin duda, ese debía de ser Ozawa.

-"Tuviste que haberte descalzado en la entrada, has dejado el pasillo sucio"-dijo Ozawa.
-"No sé que hiciste para que tenga que venir yo hasta aquí, pero no tuviste que haberlo hecho"- dijo Kurosaki apuntándole con el arma.

    Ozawa sacó dos katanas, espadas japonesas, que habían estado colgando de la pared como decoración, y lanzó una a los pies de Kurosaki, quien se mostró algo sorprendido.

-"Qué, ¿no habías visto nunca una? Pensé que los mafias como vosotros sabíais emplearlas."-preguntó burlón Ozawa.
-"Si es tu último deseo, no veo inconveniente en hacerte morir honorablemente."-respondió Kurosaki, guardándo la pistola, ycogiendo el arma. Estaba convencido de que ese freak no duraría ni un segundo. Kurosaki era de los más diestros espadachines del lugar.

   Ambos sostuvieron sus armas, y se miraron. Kurosaki lanzó un grito, y ambos levantaron sus katanas para  atacarse mutuamente. El espacio era pequeño, y no daba oportunidad de moverse demasiado. Ambas armas chocaron desprendiendo chispas, y al momento, la pared se salpicó de sangre. Ozawa había sido capaz de, mediante una hábil finta, hacerle un corte en el costado. Kurosaki se inclinó por el dolor, y Ozawa le atravesó el hombro, retirándo la espada al instante. El yakuza soltó el arma, y Ozawa le golpeó en la cara con el mango de la katana, noqueándole.

    Poco a poco, Kurosaki abrió los ojos, recuperándo la consciencia. Oh, se sentía acalorado, parecía tener un traje que le cubría todo el cuerpo, y le daba calor. Por si no fuese poco, estaba atado a una silla, y las manoplas del traje no le dejaban apenas movilidad en los dedos para hacer nada. Estaba en un sótano, y frente a él, sentado en una silla, estaba Ozawa, con un delantal ensangrentado.

-"Bien, veo que al fin has despertado".-Kurosaki trató de responderle, pero estaba amordazado, de modo que no podía.-"No, no te esfuerces en hablar, te he tapado la boca. Y no hace falta que intentes quitarte el disfraz, sólo se abre con una cremallera a la espalda. De verdad, estás realmente adorable..."- Hizo una pausa, mirándole engatusado.-"Pero bueno, eso ya lo descubrirás tú. Sé por qué has venido a por mí, y quiero que le digas a tu jefe que no me importa cuántos como tú envie."-Kurosaki balbuceó, pero Ozawa le hizo gesto para que se detuviese-"Cálmate, cálmate. Aunque de poco servirá que te lo diga, si ahora también te digo que no eres el primero. ¿Notas algo húmedo dentro del traje?"- Kurosaki asintió, efectivamente había algo húmedo sobre su pierna, dentro del traje.-"Pues es el hígado del anterior."- Y rió de forma histérica, mientras Kurosaki trataba de escapar de las ligaduras .-"Calma, calma. Era broma. Esque me dedico a hacer comida para perro, con carne, ya sabes. ¿O no es broma?"-Y volvió a reir.

    Kurosaki miró a la única puerta que tenía a la vista. Estaba entreabierta, y al otro lado, con una luz enfermiza, se veía una máquina grande manchada de sangre. Habían sacos también manchados de sangre, posiblemente llenos de carne. Pero ¿y si de verdad ese tipo metía a gente en la máquina esa?

-"¡Hijo!"-Sonó una voz enfurecida de la planta baja.-"¡Deja de hacer tanto ruido riéndote, o tendré que hacer que tú y tu amigo vayáis a jugar a otra parte!"
-"Mamá"-Gritó Ozawa-"Ya vale, ¿no?¡ Estamos haciendo algo serio!"
-"Si, si, siempre dices lo mismo...y después te olvidas de tu madre. A ver si de una vez te dedicas a buscarte una mujer, que no quiero estar cuidándote para toda la vida."-Reprochó la mujer.
-"¡Mama! No te metas conmigo delante de los invitados. Te compraré algo."-Dijo cansado Ozawa.
-"Ya lo discutiremos, hijo, ya lo discutiremos. Ah, y no seas muy malo con ese jovencito, que era muy apuesto. Si fueses una moza..."

    Kurosaki veía cada vez más extraña la situación. ¿Dónde se había metido? Nadie le dijo que esa gente fuese tan peligrosa. Estaban enfermos, ¿cómo podía ser aquello?


-¡"Mamá!"-gritó Ozawa molesto. Tras unos segundos de silencio, Ozawa prosiguió.-"Sí, bueno, esque ella me ha ayudado a ponerte los vendajes en las heridas... Pero bueno, sigamos. Antes de que vayas a decirle nada a tu señor jefe, y eso si sobrevives para decirle algo, quiero que me compres el último tomo de Fantasy Hunter, en edición limitada. No lo he encontrado en ninguna tienda, y será gracioso ver cómo lo buscas. También quiero una revista con fotos de mujeres, y mucha comida, y que me guste. Y bueno, si de paso puedes comprar algo de porcelana de buen gusto para mi madre, estará bien."- Dijo- "Así que esto es ya una despedida. Como nota final, te diré un par de cosas. Primero, te he quitado todo lo que llevabas encima, pero te he dejado el dinero, identificación y tarjeta de crédito en un bolsillo del disfraz. Segundo, puedo ver y oir a través del disfraz, pues tiene cámaras y micrófonos. Tercero,  trata de actuar como si fueses alguien normal, ignora el disfraz, y no digas nada acerca de mí, o de tí, ni pidas ayuda. Si lo haces me habrás decepcionado. Cuarto, si me siento decepcionado, estaré molesto. El disfraz tiene pequeños explosivos en torno a lo que cubriría tus genitales y tu cabeza, sólo te lo indico para que seas consciente de ello, y después no te quejes de que no te lo dije. Quinto, si te esfuerzas, podrás quitarte la cinta adhesiva que tienes en la boca, una vez tu saliva haya aflojado el pegamento, aunque te llevará un par de horitas. Sexto, si escuchas mi voz, no te asustes, tienes auriculares puestos, por si no lo has notado, así que podré hablar contigo si me aburro. Y séptimo y último, tienes hasta el amanecer, ni más ni menos, para conseguir todo lo dicho, de  lo contrario, bueno... emplea tu imaginación. Suerte amigo, puedes irte."

    Kurosaki salió pálido de esa casa, de camino al coche. Había dejado de llover. ¿Serían ciertas las amenazas del loco ese? Desde luego, no iría a probar lo contrario. ¿Qué debía hacer? Por la noche la mayoría de las tiendas cerrarían, sería imposible encontrar tales cosas. ¿Valía la pena intentarlo? Desde luego no iba a dejarse matar por un freak como ese. Le traería todo lo que pedía, y entonces le mataría.Algo podría hacer. Por lo menos, no podría leer su pensamiento.


-"¿¡Pero qué coño!?"-Blasfemó el yakuza.

    Al verse en el reflejo del coche, vió el disfraz. Era una especie de conejo demoníaco de alguna película. ¿Cómo cojones iba a actuar ignorándo el disfraz?




Bueno, como ya dije, esta vez he llegado con algo de retraso, pero aquí está. Decir , Fantasy Hunter no existe, y el disfraz del conejo, para aquellos que no lo reconozcan, es de la película Donnie Darko. Y nada más, pues no tengo mucho tiempo a continuar. Tras dos horas invertidas aquí, me marcho a casa, a ver si llego antes de las 14:30. No recuerdo que hayan más temas en el tintero, de modo que comentad, y escribiré.
Hasta la próxima
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domingo, 4 de diciembre de 2011

Sin esperanza

esto no es una despedida, es el fin de un camino, no voy a cerrar el blog, ni mucho menos, pero creo que también pondré relatos cortos,me gusta mas que la poesía, pero no os preocupéis, amigos y compañeros a los que les gusta leerme, si alguien me pide una poesía, yo se la dedicare ^^

Yo no sé qué decir
Me siento tan mal…
Me siento tan triste y solo,
Tan pasivo y dañado

La llama de mi vida se apaga velozmente
Y cada vez tengo más claro
Que solo encontrare más sufrimiento

Me hiere recordar que estoy solo
Y que no ha ser que me ame
Ni que me vaya a amar.


Me hiere pensar
Que todas aquellas lagrimas derramadas
No ha hayan servido más que para ocupar
Un lugar triste en mi interior.

Cansado de luchar
Y agotado de ver tanta maldad
Creo haber nacido en el mundo equivocado.

Felizmente he de descansar en mi sarcófago
Durmiendo conmigo hasta la eternidad
Mi preciosa soledad.

Rutina



Mi aburrida vida relatada con palabras rutinarias,
Mi triste ser esperanzado por una inexistente dosis de alegría.
Es agradable vivir, pero no si no tienes por quien hacerlo,
Triste es mí ser que se oculta bajo una sombría sábana,
Tristes son los pensamientos que obstaculizan mi felicidad ante la vida.
Solo el amor bien concebido podría soltarme del yugo de la tristeza y la rutina,
Solo por una certera palabra que ese amor me ofreciese, mi amor le entregaría.
Y aunque sepa, amor, que tus pasiones hacia mi son tenues,
Malograras mi vivir pero no mis forjados sentimientos hacia ti.

Hacedor de Laberintos

Hola, otra vez, y esta a tiempo(creo). En principio, esto debería de ser una despedida. Para hoy, debería de haber publicado 10 entradas, y con eso me sería suficiente. Pero no serán solo 10 las publicadas, pues el hecho de publicar en este blog me ha sido algo constructivo e interesante. Seguiré publicando historietas cortas, aunque si bien puede que alguna semana no publique, por temas de estudios y cosas asi. Espero que mis compañeros opinen como yo.
Es muy tentadora la historia bizarro-gore-yakuza-ninja-hellokitty-frikada comico-fantastica sobre Japón, pero esa será la próxima vez. Hoy, según un anónimo de fondo que ha colaborado con su comentario por ahí, va esta.

Los laberintos. Parecen algo complicado y enrevesado, pero sin lugar a dudas, parecen no ser más que un juego. Y en parte es cierto; y en parte no. Hacer laberintos es un proceso costoso, en el que la habilidad del creador (o la inspiración del momento), determinarán la dificultad del laberinto. Podría ser que la mayoría del laberinto estuviese de relleno, y si es hecho con suficiente habilidad, el participante se perderá en él, sin percatarse de que tenía la salida cerca en un principio. Por supuesto, eso si suponemos que el laberinto da varios caminos a seguir y no es univiario.

Ahora bien, los laberintos habituales suelen estar formados por líneas rectas, dentro de una figura muy posiblemente rectagular o cuadrada. Pero si su planta es circular, se complica la cosa, y aún más si su objetivo no es únicamente alcanzar el centro. Por algún extraño motivo, nos es más difícil buscar un camino en un entorno circular. Y qué decir cuando un laberinto no sigue forma geométrica alguna, y sus paredes son enrevesadas y torcidas.


-"Pero,¿por qué me cuenta esto?"- Preguntó el doctor-"Veo que usted sabe mucho de laberintos, puede que quizá se dedique a ello, como pasatiempo. Pero aún no me ha explicado su problema".
-"Usted espere, y siga escuchando"- respondió el joven- "y le daré una explicación una vez termine."


Pero bueno, hasta aquí todo lo convencional. Los laberintos de toda la vida son estos. Pero ahora se puede llegar un paso más allá. ¿Qué me dice usted si pasamos del 2D al 3D? Y no me refiero a hacer un laberinto de setos en un parque, o algo así, sino a un laberinto con escaleras, diferentes pisos y sótanos, casi como uno de los laberintos imposibles de Escher. ¿Y si además, cambiaran sus muros y escaleras cada cierto tiempo? El laberinto sería entonces prácticamente imposible. Casi como esa historia en la que un rey atrapa a un sultán enemigo, y lo encierra en una fortaleza, entera un laberinto. Pero el sultán salió, y mostró al rey el más horrible de los laberintos, el desierto. Quizá el peor y más imposible de ellos sea un laberinto sin muros, escaleras, puertas o salidas.

-"No se, pero sigo sin entenderle, ¿por qué vino aquí?"
-"Ya queda poco, doctor, escuche un poco más"

Con esto hemos añadido una dimensión más al laberinto, más allá de la altura y anchura, la profundidad. Pero, ¿y si ahora añadimos otra? Una cuarta dimensión. Si bien un cuadrado (la altura), esta formado por una continuidad de lineas rectas (anchura), formando el 2D, el cubo (el 3D), está formado por una continuidad de cuadrados (de 2D's). Igualmente, el hipercubo, en 4D, estará formado por una superposición de cubos. Entonces, imaginemos que existe un laberinto en 4D, que nos permite saltar a través de diferentes laberintos en 3D. Sería el concepto de hiperlaberinto, el de mayor complejidad.

Pero, puede que el laberinto realmente casi imposible, más allá de los formados por varios laberintos, o aquellos que carecen de todo, son aquellos en los que la víctima desconoce que está en un laberinto.

-"Ya veo, era hasta aquí donde querías llegar, ¿verdad?"- Preguntó el doctor, mientras el paciente asentía.- "¿Me está diciendo que la realidad es un laberinto?"
-"Últimamente he reconocido patrones en las calles, idénticos a laberintos que hice durante mi infancia. Y tengo la sensación de no poder salir de aquí, como si diese vueltas sin sentido alguno."
-"No te preocupes, hombre. Esas cosas son normales. A veces sentimos cosas así, no son más que coincidencias. Solucionaremos tu paranoia. Estudiaremos tu caso. Ahora vuelve a casa, y descansa."

El doctor hizo su informe. Alguien había descubierto la verdad. El único remedio para que no echase la situación al traste, era "corregirle".




Bueno, ahí esta la historia. Mientras la escribía me he acordado de una esfera que tenía de pequeño, que era básicamente un laberinto, con una bola metálica que avanzaba por él, y había que ir girándola para hacerla avanzar.
Y nada, decir que a lo largo de los relatos he intentado usar diferntes elementos (como imágenes, vídeos e incluso enlaces). Para todo aquel que quiera divagar (a lo Sci-Fi) sobre el 4D, puede hacerlo en comentarios, y responderé.
Para la semana que viene, o quizá la otra, más relatos. Hasta entonces, a resolver laberintos.
¡Hasta luego!
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sábado, 3 de diciembre de 2011

Loveless

Se que este poema no es mio ni una pizca, pero me parecio interesante colgarlo ya que es un poema, que se crea dentro de un videojuego, y cuyo ultimo acto escribe el propio personaje dentro del juego.( evidentemente las escribe antes el narrador del juego, pero me gusta decir que es creación del personaje)


Loveless - Prólogo

Cuando la guerra de las bestias traiga consigo el fin del mundo
La diosa descenderá de los cielos
Alas de luz y oscuridad de extensión eterna
Nos guiara a la salvación, su regalo eterno

Loveless - Acto I

Misterio Infinito,Es el regalo de la diosa
Buscamoslo, y nos lleva al cielo
Como ondas surgidas en la superficie del agua,
El alma errante sosiego no alcanza

Loveless-Acto II

No hay odio, solo dicha
Para ti que eres amado por la diosa
Héroe del Alba, Sanador de Mundos
Sueños del mañana tiene el alma trastornada
El orgullo perdido
Las alas quebradas, el fin es cercano

Loveless-Acto III-

¿Mi amigo,volando ahora te marchas?
¿A un mundo que ambos aborrecemos?
Todo lo que le espera es un sombrío mañana
No importa donde los vientos te lleven
Mi amigo, su deseo
Es el que trae la vida, el regalo de la diosa
Si bien el mañana yermo de promesas se halle,
nada habrá capaz de impedir,mi retorno.

Loveless-Acto IV-

Mi amigo, los destinos son crueles,
No hay sueños, ni restos de honor
La Diosa su flecha ha lanzado
Mi alma, corrompida de venganza
El tormento ha aguantado, para hallar el final del camino
En mi propia salvación
Y su sueño eterno
La leyenda hablara
Del sacrificio al final del mundo
Por la superficie del agua, el viento navega
Silenciosamente, pero con seguridad

Loveless-Acto V-

Si bien el mañana yermo de promesas se halle,
Nada habrá capaz de impedir mi retorno
Para convertirse en roció que apaga la tierra en llamas,
Para salvar las playas, los mares, los cielos
Ofrezco este silencioso sacrificio


viernes, 2 de diciembre de 2011

El caballero de la armadura maldita. Jaime se despierta solo.

Jaime se levanta bien. Pero al abrir los ojos, se da cuenta de que algo anda muy mal. La oscuridad le rodea. No tiene ni idea de dónde está. Aunque pudiera ver, siente la cabeza demasiado pesada como para mirar alrededor.



-¿Gloria?¿Julián?- Grita Jaime.

El eco le devuelve su voz. Intenta levantar la mano, pero no puede. Intenta mover la pierna, pero no puede. El corazón se le acelera.



-¡Gloria!¡Julián!- Chilla Jaime.

Pero no hay nada. Sólo la certeza de que está atrapado, sujeto con un peso.

Parece como si tuviera algo denso y pesado sobre la piel. Como hierro... o como...

-¡Una armadura!-grita Jaime.


La sangre le golpea las sienes.

¡Ahora lo recuerda todo!. Tenía mucho sueño. Pero justo antes de dormirse, la voz del Caballero Maldito resonó en su cabeza.



-Sé todo lo malvado que puedas. Únete a mi ejército.



Mientas dormía, el Caballero Maldito le ha convertido en uno de sus diabólicos guardias. Tendrá que servir a sus perniciosos deseos durante el resto de su pequeña y malvada vida.



FIN


Nueva historia:

a)Circo de los horrores

b)Club del murciélago

Cruel destino

Se que llevo demasiado tiempo sin publicar, y quiero disculparme tanto con mis compañeros como con los que leen lo que escribo.
Ademas quiero decirle a mi compañero marcos que no tengo ningún fetiche con los vampiros aunque me gusten y por ello, este poema va de angelitos.
Un día un ángel cayo,
Desde lo alto de los cielos al infierno descendió,
Sus blancas alas oscurecieron,
 Y en llamas desaparecieron

Por amor había caído,
Y aunque era cruel su destino,
 Llorando acepto su castigo,
Ahora era un ángel caído

En el infierno vagaba,
Mirando al cielo lloraba,
Y su espalda tocaba,
Pero sus alas no estaban

Pero una pluma cada día caía
Y todas ellas recogía,
Juntándolas creía,
Que volar conseguiría

,la esperanza volvió,
Cuando unas alas nuevas fabrico
El ángel las quiso probar
y enseguida echo a volar,

Cuando el cielo ya casi tocaba,
Una fuerza hacia abajo le empujo,
Al infierno otra vez cayó
 Y junto a sus alas su esperanza ardió

Volar seguiría soñando
Y los continuarían  pasando,
Pero la ya lo sabia
Que en el infierno condenado se quedaría

martes, 29 de noviembre de 2011

Los brujos de la isla pirata (reseña de rol)

Hola a todos de nuevo. Vulevo a escribir con el retraso habitual. Bueno, pues hoy, como me habíais pedido por ahí, toca alguna vivencia con el rol. Sé que es bastante posible que aquellos que me lo habiais pedido quizá esperarais algo que también os aconteció, o a lo sumo, alguna anécdota graciosa. Pero he preferido poner una historia jugada hace tiempo, si bien aquí resumida (con permiso de aquellos que la jugaron).




La noche era clara en la isla, acababa de amainar la tormenta. Más allá del muelle de madera brillaban las casas pobres, de cáñamo, iluminadas por infinidad de lámparas de aceite. No había mucha gente por allí, apenas unas pocas sombras que se salían de los barcos recién llegados, pero de fondo se escuchaba el rumor de la muchedumbre que daba vida al nocturno corazón del poblado.


Entre esas sombras que bajaban del último barco, salió un noble paladín, con su espada en cinto y escudo a la espalda, junto a su acompañante, otro hombre de negro abrigo, encapuchado y fino, misterioso. Eran Constant y Gradius, mercenarios. Tenían que haber llevado un paquete a su destino, semanas atrás, cuando un misterioso ladrón se lo quitó de las manos. Ambos le habían seguido la pista, y habían acabado en aquella isla pirata.


Constant se dirigió a uno de los marineros que quedaban en puerto, y le preguntó si sabía algo acerca de Khanrad (aquel misterioso ladrón que les había robado), y el marinero dijo que para nada había oido ese nombre. Constant iba a insistir en su pregunta, pero se percató entonces de que el pirata iba a desenfundar su arma para posiblemente robarle, a lo que el paladín se adelantó, empujando al bribón al mar. Ante tal suceso, se acercó una figura encorbada, encapuchada, y cubierta con una capa. Dijo al paladín que no parecía ser alguien cualquiera de allí. Siguiendo al encapuchado, llegó un guerrero oriental, en pose protectora.


El encapuchado era Rul Maister, poseedor de habilidades sobrenaturales, de intelecto especial, y de un aspecto horrendo. El hombre oriental era Kang, fugitivo de su nación por haber robado una espada mágica, símbolo de la dinastía imperial.


Kang se presentó, y presentó a Rul Maister como su escudero. Constant devolvió el saludo presentándose a él mismo y a Gradius. El oriental preguntó al paladín cómo podía haber un hombre como él en aquella isla, a lo que Constant le explicó que venían buscando algo que les había sido robado. Y le devolvió la pregunta a Kang, quien dijo que viajaba por complacer su alma. De modo que decidieron ir los cuatro juntos al poblado, ya que todos ellos parecían ser de confianza. Sin embargo, la noche se presentó extraña. En un altercado público que inmiscuyó a una sicario que llegó allí a por los dos mercenarios, Gradius (en su imprevisible y arrogante naturaleza), se separó del grupo, desapareciendo. Así que sólo quedaron Rul Maister, Kang y Constant para pasar la noche en una posada.


A la mañana siguiente, el paladín y el samurái discutieron acaloradamente acerca de la localización del paquete perdido, cuando se percataron de que Rul Maister no estaba con ellos. Estaba a punto de salir por la puerta con un hechicero, de aparente salud débil.

-"¡Detente! ¡¿Qué le vas a hacer a mi escudero?!"-Preguntó el samurái molesto, a la par que tanto él como Constant sacaban las armas.
-"No es nada que incumba a escoria como tú"-Respondió el brujo.-"Posee poderes sobrenaturales, por eso vendrá conmigo".
-"¿Con ese respeto te diriges a los demás?"- Devolvió Kang.
-"Por lo menos deja ir a nuestro compañero"- Pidió el paladín.
-"¿Dejar ir?"-Dijo el brujo-" Él viene conmigo por decisión propia, no permitiré que lo retengáis por más tiempo".

Y Kang le lanzó un ataque con su espada, a la vez que una barrera mágica se interpuso entre el brujo y el golpe. Como respuesta el misterioso brujo lanzó un rayo de energía a Constant, que lo detuvo con su escudo, a la vez que avanzaba hacia su enemigo. Pero de forma sobrenatural, Rul Maister le detuvo, paralizándole, y al momento gritó a todos que se detuviesen.

-"Dejad que decida él."-Dijo malicioso el brujo.
-"¿Con quién irás, Rul Maister?"-Preguntó Constant.

Y Rul Maister se marchó con el brujo, ante la furiosa mirada de Kang. Se quedaron solos el paladín y el samurái. Que remedio, deberían continuar sin su hechicero. Así que decidieron dividirse para encontrar el valioso paquete. Kang avanzó a solas por las calles, y escuchó a un corpulento pirata hablar algo acerca de una recompensa. El samurái le preguntó por el motivo de su conversación, y el pirata le respondió lo sucedido. Al parecer, la noche anterior, Gradius había ofrecido recompensa por atrapar a un ladronzuelo. Sin embargo, una vez atrapado, el ladron no parecía tener lo buscado, se lo había requisado la secta de brujos que dominaban la isla. Kang agradeció la información, y buscó rápidamente a Constant para explicarselo.


Sin embargo, cuando se encontró con el paladín, este iba acompañado de otro guerrero oriental. Al verse, los dos orientales sacaron sus armas, y se lanzaron a combatir, para la sorpresa del paladín. En apenas unos pocos movimientos, el samurái había ejecutado a su agresor. Kang dijo que debía de ir con cuidado, pues era buscado en su país, y aquel era un enviado para acabar con él. Una vez aclarado eso, le explicó lo que había averiguado.


Y los dos marcharon por la costa, hasta que acabaron llegando a la guarida de los brujos. Irrumpieron en esta, listos para el combate. En la caverna habían varios brujos, de entre los que salió aquel que marchó con Rul Maister, acompañado de este último. El paladín pidió la piedra, y el brujo dijo que no le sería dada a alguien como él. Constant dijo que no quería hacer daño a nadie, pero le obligaban a hacerlo. Y puso su escudo por delante, y se dirigió a los brujos, seguido por Kang. A un gesto del brujo que acompañaba a Rul Maister, salió Gradius, con la mirada perdida. Claramente había intentado entrar, y en su fracaso había sido convertido en un sirviente de los brujos. Entonces los brujos atacaron lanzando infinidad de rayos mágicos, y bolas de fuego, que chocaban con el escudo y la armadura del paladín. Pero este seguía hacia adelante, impasible.
La robustez del paladín sorprendió a la mayoría de los brujos. Pero algo hizo detenerse a los dos atacantes; del fondo de la estancia, retumbó una voz en un idioma arcano, y los brujos se retiraron (a excepción de Rul, y su maestro). Del foco de la voz, salió una armadura llena de sombras, claramente el líder de los brujos, un elemental de oscuridad. De la armadura salieron dos sombras que fueron a atacar al paladín y al samurái.


Kang combatió hábilmente usando su espada mágica contra las dos sombras, mientras Constant trataba de acercarse al maestro de Rul Maister, quien puso un escudo por enmedio para protegerlo. Sin embargo, para sorpresa de todos, Gradius, en acopio de su fuerza de voluntad, retomó el control de sí mismo, y apuñaló por la espalda a Rul Maister. El brujo, sorprendido por su desliz, trató de centrarse en controlar de nuevo a Gradius. Tanto Kang como Constant aprovecharon el momento de debilidad que esa sorpresa les había brindado. Kang aprovechó para desenvolverse de sus dos oponentes, y atravesar el costado de Rul Maister, hiriéndole de gravedad. Para él, Rul era lo peor, un traidor, que ahora huia como una rata hacia la salida. Sin embargo, las dos sombras volvieron a ser su centro de atención cuando fué atacado por estas. En ese momento, Constant aprovechó que el escudo sobrenatural de Rul Maister se había debilitado para clavar su espada en el hombro del brujo, de un mortal golpe. Y en ese momento Gradius se acercó al brujo, consciente de sí mismo, y acabó con él. Ahora era libre de nuevo.


Siguiendo avanzando, Constant se dirigió a la armadura que contenía la oscuridad, cogiéndola por sorpresa. Levantó su espada, y la hundió en el yelmo, cortándolo por la mitad, rezumando ingentes cantidades de oscuridad. La victoria se dibujó en el rostro del paladín, cuando entonces el poderoso brujo oscuro estalló, malhiriendo a Constant y a Kang (debido a su cercanía a la explosión). Gradius se encontró prácticamente a solas. Miró a donde antes estaba el maestro de las sombras, y vió en su lugar una pequeña piedra negra. Ese era el paquete que debían entregar, vaya. Lo cogió, y se dispuso a salir, cuando reparó en la espada mágica del samurái. No sabía mucho acerca de esas cosas, pero parecía ser muy valiosa, de modo que también la cogió. Y marchó. Al final, no todo había salido tan mal para él.


Al poco rato, llegó un escuadrón de templarios. En principio habían seguido el rastro de piratas hasta la isla ese mismo día, para impartir orden. Pero al descubrir la secta de brujos, se habían armado para arrestarlos a todos. Al encontrar allí malheridos a Kang y Constant, les prestaron atención médica para que se recuperasen. Kang estaba sumamente molesto, quería de vuelta su espada. Pero Constant era feliz, había realizado una increíble proeza.





Rul Maister observaba como detenían los templarios a los brujos, escondido en las sombras. Pero tenía el libro secreto en el que estaban anotados los conjuros de su maestro. Se vengaría.







Bueno, ahí está, para bien o mal. Claro que deja muchas cosas abiertas, y que hay otras que necesitan explicación, pero eso se debe a que es un capítulo dentro de una historia más amplia. También señalar que quizá no haya quedado bien, pues en realidad es mucho más extenso, y para resumirlo he tenido que obiar infinidad de detalles y explicaciones. Pero como he dicho, eso es un esbozo de una partida. Aprovecho para enviar un saludo a aquellos que nos reunimos todos los viernes (sí, Reiji, a los de los jueves también) para jugar; las buenas costumbres no deben perderse. También propongo a aquellos que nos conozcan a adivinar quienes interpretaban a los portagonistas.
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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Mi vecina es de Marte.

¡Buenos días!¡Good morning!¡Bon día!¡Egunon!¡Bonjour!¡Guten Morgen!¡доброе утро!
¡Lo primero, agradecer a todos los lectores de todas partes del Globo vuestras visitas! Siempre se agradecen. Lo siguiente, decir que hoy probaré algo
nuevo, el "microrrelato". Este consiste en narrar una historia de manera muy breve (a juicio personal, preferiblemente en menos de 20 palabras). Y para ello, elegiré el tópico propuesto hace ya tiempo, que da título a la entrada de hoy.

No penséis que es una frase sin ton ni son, pues requiere un gran esfuerzo pensar algo así. De modo que, ahí va:

"Las regaba ella en su floristería, feliz con su trabajo. Pero yo la observaba. La observaba, porque sabía la verdad."

Bueno, espero que no os haya decepcionado. Al fin y al cabo, el microrrelato es el máximo exponente del relato corto. Si a alguien le interesan los microrrelatos, puede leer más aquí. Los tres temas que quedan en el tintero (dos de ellos propuestos en los comentarios de la anterior entrada) se publicarán próximamente. El siguiente, será un fragmento de una de nuestras aventuras con el rol. ¡Hasta entonces!



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lunes, 21 de noviembre de 2011

El caballero de la armadura maldita. Recoger el papel y leerlo

Jaime se agacha y se apodera del viejo pedazo de pergamino.



Pergamino:

Sólo un caballero nacido Serner

la maldición que nos persigue podrá romper.

Pero los que visten el acero de sir Elot Serner

valor y coraje verdaderos deberán tener.

Antes de que el alba rompa la oscuridad,

un Caballero Bendito al Maldito se enfrentará.



-Es divertido, suena como un desafío.- Comenta Jaime.

-Los que visten el acero de sir Elot Serner... ¿Que significa eso? – lee de nuevo Jaime.

-La armadura- contesta Julián.- la armadura de sir Elot Serner.

-Pero ha desaparecido- señala Jaime.

-Este pedazo de papel seguramente ha sido arrancado de algún sitio-añade Julián.- Si pudiéramos encontrar el resto de pergamino, quizás averiguaríamos dónde está la armadura desaparecida.

-Ésa es la cosa más tonta que he escuchado en toda mi vida.- Contesta Gloria frotándose los ojos a causa del sueño.

Julián da un gran bostezo y Jaime también. Sienten una repentina necesidad de dormir. Se echan al suelo y …



a) Jaime se despierta junto con Julián y Gloria.

b) Jaime se despierta solo.

domingo, 20 de noviembre de 2011

El caballero de la armadura maldita. Abrir el cajón del Caballero Bendito..


-Tenemos que liberar al Caballero Bendito, quizá nos ayude a luchar contra la maldición- levanta la voz Jaime sobre los gritos y el pesado rechinar metálico.

-Pero...pero...-balbucea Julián muerto de miedo.

-Limitate a abrir eso y acabemos de una vez-Corta Gloria.


Jaime desliza los dedos por las correas de piel que cierran el cajón.

Gloria se limita a mirar mientras Julián y Jaime hacen el trabajo. El chirrido metálico suena más alto que nunca cuando la puerta del cajón cae al suelo. Jaime se apodera de la linterna y alumbra el interior. Gloria es la primera en dar un respingo.

Jaime se asoma al cajón. Hay un haz de luz y luego...

-¡Aquí no hay nada!-exclama Jaime.-¿No dijisteis que aquí había una armadura?.

-La había- Se enfada Gloria recobrando su frialdad.- ¡Este cajón pesaba un quintal cuando lo empujamos hasta aquí!.

Gloria echa una mirada al cajón.

-Alguien debe haber sacado la armadura, eso es todo.-Contesta Julián.

Mala observación: !IIIIIIIIiiiiiaaa! El chillido aterrador del Caballero Maldito se convierte en una siniestra carcajada.

-Es la maldición. El Caballero Maldito asesinó sir Elot Serner y ahora se ha apropiado de su armadura.-Les explica Julián.

-¿Y qué más?- Contesta Jaime incrédulo.

De repente ve algo allí, en el fondo del cajón: un viejo y maltrecho pedazo de pergamino. ¿Lo coge? El asusto de la maldición parece cada vez más serio.



a) Recoger el papel y leerlo.

b)Cerrar el cajón y llamar a la policía.

martes, 15 de noviembre de 2011

Mazmorras y dragones(Típico tópico)

Hola de nuevo (tarde pero a tiempo). Me ha sucedido algo extraño: he encontrado otro blog (to'l pollo) que aparecía como mío, y sin embargo era de dos compañeros míos de bachiller. Y el blog es anterior a mi cuenta en blogger. Cosas raras de teh internet. Da igual, ese no es el tema ahora, ahora toca... ¡una de caballeros! Sé que me habíais pedido alguna acerca de mis vivencias con el rol, pero antes de ello, me gustaría elegir bien cual de todas las historietas poner, para lo que quizá pregunte a mis colegas de viejas partidas (Carlos moñas, Raulillo, y principalmente, Loren). Intentaré que la próxima sea un fragmento de una de mis bitácoras (¡el retraso es para daros más ganas!), pero de momento, ahora toca una que me pidió explícitamente mi compañero Reiji.
Ahí va, ¡mazmorras y dragones!
En el cielo se fundían los colores del abismo y la sangre. En torno a la negra fortaleza se arremolinaban negros árboles tan retorcidos como lo que se escondería tras sus muros. Y entre toda la oscuridad que se plantaba en torno a tan lúgubre lugar, se erguía una reluciente armadura completa plateada, brillante como el fulgor del Sol que desvanecía justiciero las sombras. Cubría completamente a su portador desconocido, como si intentase protegerle incluso del aire empozoñado con MAL que se respiraba. La misteriosa figura tenía en sus manos un enorme escudo azul y una espada enorme. Debía de ser alguien muy musculoso como para poder cargar con tan pesado equipaje.


Entró a través del gigantesco portón de podrida madera. Aquello pareció ser algún día habitado por el hombre, ahora no era mas que una vacía edificación de piedra, con rotos muebles en su interior, guardados por sombras. Pero varios de estos no todos habían sido dañados únicamente por el tiempo. Algo grande y ardiente tenía que haberlos aplastado. En cuanto más avanzó, más fuertemente comenzaban a escucharse unos extraños gruñidos desde el corazón del fuerte. Pero nada quebrantó la firme voluntad de nuestra figura protagonista. Avanzó con convicción y sin miedo. Nada le impediría rescatar a la grácil y fina figura que aguardaba en lo alto del más alto torreón.


Pero algo apartó la resplandeciente armadura de sus pensamientos. Una figura negruzca en el suelo. Se acercó, y la movió algo con la espada. Entonces, la figura se quebró, debido a su increíble fragilidad, en plovo. Más bien cenizas. Parecían haber sido huesos, quemados. Al alzar su vista, vió que el pórtico que tenía ante sí estaba coronado por huesos humanos. Pilas de cráneos lo rodeaban. Sin duda alguna iba por buen camino.


Pero el futuro se adelantó. Al momento, dejaron de escucharse los sonidos del otro lado de la puerta. La mano enfundada en metal se acercó a la madera para empujarla con sigilo, cuando las rendijas del pórtico se iluminaron muy fuertemente. En un acto reflejo, se cubrió con el escudo a tiempo que la madera ardió en llamas. Todo a su alrededor era fuego. Ahora podía verse el origen del fuego. Allí adentro había un dorado dragón de varios metros de altura. Extendía sus alas, magnífico, mientras sus blancos ojos buscaban a fuese quien fuese que le había despertado, no sólo a él, sino también a su apetito.


La resplandeciente figura heróica (más impresionante por el reflejo de las llamas en su armadura) corrió a la enorme sala de piedra donde la aguardaba su tremendo enemigo. El enorme dragón se alzó, y sacudió el suelo, tratando de aplastar al supuesto valeroso caballero. Este corrió tras una columna. Sería difícil acercarse al dragón, al menos, acercarse y conservar la vida en el intento. Pensó en su próximo movimiento. Pero tuvo poco tiempo para pensar, pues se agachó de forma instintiva al menor indicio de movimiento. Efectivamente, la cola del dragón había derribado la columna tras la que se ocultaba, por lo que tuvo que hacerse a un lado rápidamente, tapándose con el escudo para evitar los escombros. Aprovechó el momento, y corrió hacia el gigantesco reptiliano. Era su oportunidad. Pasó junto a una de sus gruesas patas, tratándo de herirle con su espada bastarda, sin efecto alguno. Esas escamas eran más duras que la roca; pero no tenía tiempo para detenerse y pensarlo, de modo que corrió hacia el fondo de la sala.


Debía de pensar algo rápido, o acabaría entre una pila de huesos. Se le ocurrió que quizás las alas fuesen un punto vulnerable, o quizá el cuello. Gracias a la lentitud de la bestia para darse media vuelta, al personaje protagonista del relato le dió tiempo a percatarse de las escaleras que rodeaban la sala. Subió corriendo por ellas, mientras el dragón intentó acertar con una de sus llamaradas. De nuevo volvió a interponer el férreo escudo que detuvo el fuego. Y el caballero aprovechó el momento para saltar sobre su enemigo. En un acato de valor, voló sobre la distancia que los separaba, y atravesó la membranosa ala con su espada. El dragón rugió de furia, y abatió sus alas. Nuestro supuesto héroe salió volando, desprovisto ahora de sus armas. El escudo cayó a lo más profundo de una pequeña fosa, y la espada acabó trabada en una lampara que colgaba en lo alto de la cámara. Sin embargo, tuvo la fortuna de cortar una de las gruesas cuerdas que sostenían la lámpara, de modo que esta se quedó colgando a una altura más cercana. Y sin embargo, aún estaba en un punto bastante elevado.


Se frotó el yelmo. La armadura se veía ahora algo ennegrecida, y abollada debido al golpe. Pero aún magullada se veía llena de gloria. Herirle el ala sólo había servido para enfurecer al monstruo, y visto su gaznate de cerca, daba la sensación de ser tan blindado como el resto del dragón. Era imposible atravesar sus defensas, pero aún así, debía de intentarlo. Y lo primero sería recuperar su espada. Subió a toda prisa por las escaleras en que se encontraba (las cuales, como ya dije, recorrían entorno la gigantesca sala en una espiral ascendente). Y el dragón aleteó, creando potentes ráfagas de aire, que no torcieron el rumbo de nuestro viril héroe, a medida que se acercaba hacia este casi volando (pues el espacio no le permitía volar plenamente). Y la plateada y ya no tan brillante armadura llegó al final de las escaleras, pues simplemente, a esa altura (poco más que la del dragón), estaban rotoas, de modo que el camino terminaba allí. Se giró hacia el lado en el que se le acercaba la bestia, con las fauces abiertas. Algo brillaba en lo más profundo de su garganta. Era el infierno mismo. Pero entre nuestro personaje principal y el malvado dragón, colgaba la lámpara en la que se había enganchado la espada. Y eso bastó para que una audaz idea (por no ser llamada locura suicida) cruzó la mente de nuestro protagonista.


Retrocedió algo, y deshaciéndose de todo miedo, corrió hacia el dragón. Corrió hacia el fuego. Corrió hacia la muerte misma. Y saltó, impulsándose sobre la caída que ahora tenía bajo sí, levantando en el aire todo el peso de la acorazada armadura. El fuego comenzaba a asomar por la boca del dragón, todo parecía avanzar en cámara lenta, hasta el tiempo estaba prestando atención a todo detalle de la escena. La resplandeciénte armadura logró sujetarse a la lámpara colgante con una mano, mientras con la otra cogía su espada. Y siguiendo el impulso, la lámpara la balanceó sola hacia el dragón, que ya había escupido el fuego. Ahora, nuestra valerosa armadura estaba envuelta en llamas, mientras volaba por el aire. No se podía ni respirar, todo era fuego, todo ardía. Pero eso no la detuvo. Si el exterior del dragón era duro como el más poderoso metal jamás forjado, el interior debía de ser blando como la tierra húmeda. Y en un grito de poder y esperanza, atravesó las llamas, y entró en la boca del dragón. Este detuvo el fuego cerrando su mandíbula, para tragar a su nueva víctima. Por unos segundos todo se detuvo, el dragón se mantuvo petrificado.


Y entonces, comenzó a salirle sangre de la nariz. A continuación, antes de lo esperado, cayó fulminado al suelo. La boca de la tremenda bestia comenzó a abrirse poco a poco, pesadamente. Y de ella salió la armadura, humeante y sucia, pero victoriosa sin lugar a dudas... había matado al dragón. Había logrado lo imposible para cumplir la leyenda, y rescatar a quien tanto había estado en prisión en el más alto torreón. De ese modo, siguió caminando, y al poco, llegó a la puerta del más alto torreón. Subió por una larga escalera de caracol a lo más alto del más alto torreón. Y llegó, finalmente, a la sala prometida.


Abrió no sin algo de rudeza la puerta de madera. Tras ella había un pequeño y lujoso dormitorio, con la piedra tapizada en azur, y una ventana, tapada por unas cortinas celestes, que dejaban entrar algo de luz en la habitación, dándole un tono onírico. Nuestra figura enfundada se acercó a la enorme cama de matrimonio, velada por mosquiteras azules. Las apartó, y se acercó a la figura que yacía vestida de gala. Ropas azules, por supuesto. Mallas claras...camisa oscura, pelo castaño bien peinado, bigote y barba bien arreglados...bigote y barba bien arreglados...bigote y barba bien arreglados...
Era un príncipe, fino y grácil. Y nuestra figura se quitó el yelmo. Los largos pelos claros castaños cayeron por encima de sus hombros. Aun dolorida y con el rostro manchado por hollín, nuestra heroína había llegado hasta allí arriba. Quién diría lo equivocados que estaban los cuentos de hadas.






Bueno, hola de nuevo. El tema de esta semana, tal y como me propuso personalmente Reiji, es una guerrera que rescata a su príncipe. Aunque mientras lo escribía, me dieron ganas de ser un caballero el que se encuentra al príncipe. De todos modos, ahí está la historia (se nota que toco en un grupo de Epic Metal, ¿eh? Un saludo a mis compañeros de Taste of Vitae. Aprovecho para hacer publicidad y decir que tocaremos el 9 de Abril en Gandía, a quien le interese, que me pregunte). Y nada, eso es todo. A aquellos que me pidieron acerca del rol, si quieren proponerme algo más concreto, pueden hacerlo ahora. Y si lo que interesa es un tema aparte, es momento de proponerlo, pues después (o a este paso incluso quizá antes) de lo del rol, tocará escribir algo. Al tema de "mi vecina es una extraterrestre", si alguien estaba interesado, que me concrete algo más, para que me sea menos complicado (de todos modos, espero acabar utilizandolo).


Y nada, señoras, ya me dirán ustedes. Gutte Nacht, Freunden.
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El caballero de la armadura maldita. Abrir el cajón del Caballero Bendito.

-Abriremos el cajón del Caballero Bendito- decide Jaime.

No quiere arriesgarse. Cuando acaba de decir eso, un grito escalofriante inunda el garaje. El cajón del caballero Maldito vuelve a agitarse. La armadura de su interior emite sonidos terroríficos.

Jaime se abraza a Julián ¿o a Gloria? No es fácil con tanta oscuridad.

El alto cajón del Caballero Maldito se mueve de un lado a otro hacia ellos.

-¡Saltemos!-grita Jaime.

Pero solo consigue dar unos pasos hacia la puerta del garaje antes de que algo les bloquee la salida.

-¡Una bestia horrible!-grita Julián.






-¡Aaaaah!-chilla Gloria.

A Jaime le cae la linterna de las manos y golpea el suelo.

-!Se me ha liado algo en la pierna!- dice Gloria con preocupación.

Jaime se acerca a ella, pero unas poderosas garras le arañan el rostro. Busca un interruptor y se enciende una bombilla que cuelga del techo y una tenue luz alumbra el garaje. De repente todo parece tranquilo.

Y ahora lo ve, el monstruo que bloquea la salida es un cortador de césped.

Lo que le ha arañado a Jaime no es más que un rastrillo de metal y la serpiente que enrollaba la pierda de Gloria una manguera.

-¡Lo sabia!- Dice Gloria con euforia.

Pero aún no ha terminado no saben que contiene la caja del Caballero Maldito. La caja se abalanza sobre Gloria.

La bombilla del techo empieza a dar vueltas. Julián se esfuerza por levantar a su hermana. Ahora si que parece realmente asustado. De Jaime depende hacer algo. Pero ¿qué?

a) Abrir el cajón del Caballero Maldito.

b) Abrir el cajón del Caballero Bendito.

jueves, 10 de noviembre de 2011

El caballero de la armadura maldita.Tendrá que investigar en el garaje


ÑIIIIIIIIEC

Otro escalofriante chirrido irrumpe en la noche. Julián y Gloria están también despiertos. Los escalofriantes sonidos les han reunido alrededor de la cama de Jaime.


-Será mejor que investiguemos lo que pasa en el garaje-Les dice Jaime.


Otro grito irrumpe en la noche. Gloria se olvida de su superioridad y se agarra al brazo de Jaime. Julián le agarra del otro. Jaime se aferra a la linterna que hay en un cajón y sale fuera. Consiguen llegar a la puerta del garaje. Aguardan un momento y escuchan más gritos.


-Bien, entremos-Dice Jaime.


Jaime se agacha, agarra el tirador y abre la puerta. La puerta del garaje se balancea y se abre.

La oscuridad nunca les ha parecido tan negra como ahora. Los objetos de la familia parecen raros. El haz de luz de la linterna se desliza sobre las espantosas figuras envueltas en sombras de los dos cajones. Están ahí en medio, como dos ataúdes. Ven uno que se mueve.

La luz se refleja en una de las cajas, justo en la que lleva la maldición. Y descubren otra etiqueta que dice: caballero maldito y la otra: caballero bendito.


-¿Cual abrimos?-Dice Jaime muy nervioso.


-Ninguno!!- Contesta Julián. Parece aterrorizado.


Jaime no acaba de creerse lo de la maldición tal vez Julian y Gloria podrían haberse puesto de acuerdo con algún amigo para que gritase y agitara las cajas.

Y otra vez... Esos gemidos suenan muy siniestros...


Que tendría que hacer?


a) Abrir el cajón del Caballero Maldito.

b) Abrir el cajón del Caballero Bendito.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

La Ciudad de los Muertos



Hola de nuevo, compañeros. Hoy llego con algo de retraso (para variar), pero llego. En este caso a las 2 y algo de la mañana, absorto entre el frío, la lluvia, y Sunn O))), para traeros la historia de esta semana. Si no he podido hacerlo antes, es porque me he encontrado especialmente ocupado trabajando. Pero bueno, no creo que sea esto algo que deba explicar aquí, así que, ahí va:

Otra de no-muertos:


Un desértico poblado se mostró ante ellos. Era sólo media tarde, pero el día de viaje había sido demoledor para ellos. Judy parecía muy herida, incluso había perdido la consciencia. El motero entró pidiendo ayuda a gritos entre las vacías casas de madera, por la polvorienta calle. Nadie respondió. Dejó ahí la moto, y llevó a Judy en sus brazos hacia una de las casas. Abrió una puerta, en lo más profundo de un viejo porche.

Dentro había algo que olía mal, pero mejor era aquello antes que nada. Dejó a Judy tumbada en el roto sofá que acababa de descubrir. En el rostro de la muchacha se dibujaban gestos de dolor, y el sudor de su frente indicaba que la fiebre le subía. Algo tendría que hacer. Se sacudió, y salió de nuevo a la calle.

Pero para su sorpresa, un vehículo militar irrumpió en mitad del desolado paraje, del cual comenzaron a salir personas armadas, ataviadas con trajes de camuflaje, y corrieron de un lado a otro. Sin embargo, entre ellos, habían unos pocos que no llevaban armas. Antes de poder percatarse, Marky ya había sido reducido por estos inesperados visitantes.

Habiendo recuperado sus sentidos, el motero despertó en otra casa. El olor seguía siendo tan fuerte como en la casa en la que dejó a Judy. Parecía ser que era algo común a todo el poblado. Estaba esposado, sentado en una silla de madera. Frente a él había uno de esos hombres que no llevaban armas.

-"Veo que has despertado".
-"Ugh..."
-"¿Cómo te encuentras?"
-"Cómodo, ¿se puede estar más cómodo que esposado sin motivo alguno?"-Respondió Marky.
-"No, no sin motivo."
-"¿Qué hay entonces tras esto?Es lo mismo...¡hay una mujer herida!¿¡No deberían hacer algo por ella!?"
-"Será tarde. La tardanza de los efectos varían según el tipo de sangre. De todos modos está condenada. Como tú"
-"¿Condenado?¿A qué?"
-"Hemos venido a limpiar el lugar. Quizá tú puedas venir con nosotros. Pero si como dices tienes una amiga herida aquí, no correremos riesgos."
-"¿Qué riesgo? ¡En todo caso ella corre riesgo!"
-"Tendremos que dejarla. Al menos tú has tenido suerte. Esta noche barreremos varias hectáreas con napalm. No podemos permitir que se extienda."-Dijo negando con la cabeza.
-"No entiendo nada de lo que dices, pero no me gusta en absoluto. No te quepa la menor duda de que..."-Le respondió Marky sacudiendo la silla a la que se encontraba atado.
-"Esto es culpa nuestra, entiendo que estés furioso. Nuestro afán por llegar más lejos antes que nadie nos ha llevado hasta aquí. Es el progreso descontrolado, por el que hemos hecho cosas como esta, y peores. El problema es que esta vez el problema nos ha llegado a casa, en lugar de permanecer en su laboratorio en algún país tercermundista. Da igual que escuches esto, no saldrás de aquí."

Entonces se escuchó un ruido fuerte del exterior de la casa, seguido de disparos. El hombre se levantó de golpe, y fue a dirigirse al exterior. Una vez solo, Marky se levantó, y se asomó por la puerta. Era de noche, otra vez. Ahí afuera parecía haber comenzado una batalla campal. Personas provinientes del fondo de la calle eran acribilladas por los militares. Y sin embargo, no se detenían. Pronto se dieron cuenta de que no era el único frente por el que podrían ser atacados, pues esos extraños seres, por encima de la muerte, habían comenzado a salir de otros lados.
Es raro pensar que en realidad son ellos los que carecen de maldad alguna, pues se mueven únicamente por una necesidad natural. Son las personas vivas las que se mueven por maldad; las que matan por placer, las que provocan males tan grandes por beneficio propio y totalmente egoista. A nuestro lado, los zombis son inocentes y puros. Ahora, el olor nauseabundo que traía el viento se mezclaba con el de la pólvora.

Ello no quita que sean un riesgo potencial de morir, y mejor ver a uno de esos abatido en el suelo, que verse uno mismo entre sus tumultos. Marky salió a la calle, bordeando el edifico, tratando de apartarse de los disparos y explosiones. Allí encontró al hombre que estuvo con él instantes antes, en el suelo boca abajo, con cinco de esos seres a su alrededor deleitándose con sus tripas. Marky golpeó una piedra hacia ellos, y estos se giraron, haciendo un amago parecido a mirarle, con sus blancos y desenfocados ojos. Untados en sangre, se levantaron, y avanzaron hacia el hombre esposado de chaqueta de cuero, quien corrió hacia el coche militar. Sabía que a la vuelta de la esquina había un grupo de hombres armados, los había visto antes. Algo se podría hacer.

Esos seres corrían más de lo que Marky esperaba. En un pestañeo, ya estarían sobre él, hincando sus pútridos dientes en su cuerpo. Pero la suerte le sonrió, haciéndole tropezar en el momento justo en que dos soldados cruzaban el lugar. Abrieron fuego indiscriminadamente, sin reparar en que el preso había rodado hasta llegar debajo del porche. Habían abatido a los no-muertos, sin percatarse de Marky. Este avanzó a rastras hasta llegar de nuevo hasta el cadáver que había abandonado poco antes. Tenía una corazonada. Corrió a su lado, y le examinó apresuradamente por el cinto y los bolsillos. Efectivamente, tenía un llavero, con varias llaves. Lo cogió, y avanzó hasta la primera casucha a la que llegó. Esperaba que Judy siguiese ahí.

Y efectivamente, así era. Los militares no habían reparado demasiado en el interior de las casas, al parecer. Se quitó las esposas lo más rápido que pudo usar torpemente las llaves. Era un alivio, pensó frotándose las muñecas. Y miró a Judy, tendida en el sofá, pálida y débil. Casi parecía que no respiraba. Acto seguido miró por la ventana, y vió como el coche militar arrancaba y huía arrollando esos seres. Pero aún quedaban muchos más. Aquello a donde fue con la esperanza de ser la salvación para todos, resultó ser todo lo contrario. Allí vió que no había salvación, y posiblemente no la fuese a haber. Aquello le resultó ser más bien una Ciudad de los Muertos.


Marky había viajado mucho. El Sol y el polvo fueron lo único que vió durante unas cuantas horas. Caminaba (pues la motocicleta ya se había quedado sin combustible) salpicado por sangre, sangre de la mujer que horas atrás veía el amanecer con él. Aún no se podía creer que eso estuviese sucediendo. Su mente repetía la escena una y otra vez, alentada por la sed, el hambre, el calor, y el miedo.

Pero era hora de olvidar. Él seguía vivo. Y de nuevo, nada importaba más que eso.




Hale, y ahí está la historia que tuvo que ser la semana pasada. Perdón por el retraso. También he de añadir que no se me podía pedir mucho, pues es tarde, y últimamente he dormido pocas horas. El título de esta historieta es un guiño a una canción de Sabbath(¡un saludo a aquellos hermanos del metal con los que coincidí en la banda!). Y nada más que añadir. La semana que viene, supongo que una de rol. Espero poder usar el tema de "mi vecina es una marciana", me gustaría mucho, pero es complicado. Lo pensaré, pero mientras, me decantaré por la propuesta de rol.


Buenas noches a todos.

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