miércoles, 21 de diciembre de 2011

Le yakuza y le freak

Hola a todo el mundo. Sí, he tardado cerca de 20 días en publicar esta entrada, pero teniendo en cuenta la cercanía de la presentación de trabajos de la universidad, y demás cosas, no he podido escribir antes. De hecho, ahora tendría que estar corriendo hacia casa (que me quedan mas de cinco kilómetros de camino a pata), pero me he despertado inspirado escuchando versiones acústicas de The Smashing Pumpkins, y he decidido ponerme con esto antes de nada.

¿No me pedisteis una bizarro-gore-friki-japonesa-máscosasquenorecuerdo? Pues ahí va.


    Eran cerca las diez de la noche, en el sótano de un antro de mala muerte, algún lugar de Japón. En el húmedo y sucio lugar se reunían un grupo de hombres vestidos con trajes caros, en torno a uno atado a una silla. Este último no tenía camiseta, y los enormes tatuajes que cubrían su cuerpo se veían ahora cubiertos por su sangre. Uno de los hombres bien vestidos estaba frente a él, y esporádicamente le golpeaba la cara. Pero entonces llegó una persona del bar, y susurró algo a uno de los presentes, algo más entrado en edad que los demás. Este mandó detenerse al que estaba golpeando al prisionero.

-"Detente, no hace falta que sigas. Te necesito en otra parte."
-"Pero..."
-"Si no ha hablado hasta ahora, creo que es momento de empezar a ver cuánto valora los dedos de sus manos. Kurosaki, debes marchar."
-"¿Qué debo hacer, señor?"
-"Acabar con Ozawa Fudo. Ve, y hazte cargo de ese joven."
-"El motivo..."-Preguntó por lo bajo y algo tímido Kurosaki.
-"¿¡Cuántas veces te he de decir que no hables más de lo que se te pide!? ¡¡Ve ya, o serás tú el que no podrá volver a escribir con normalidad!!¡¡Rápido!!"-Rugió el yakuza más mayor.

    Kano, se llamaba él. Por supuesto, Kurosaki era su apellido, y como era habitual allí, solían referirse generalmente a él a través de su apellido. Resopló en el coche, mientras leía la dirección de su objetivo en la servilleta que le habían tendido. A él le tocaba siempre la peor parte. El coche arrancó, y avanzó por las abarrotadas calles de la metrópolis, bajo el cielo oscuro y lluvioso. Si de golpe quitasen el alumbrado público de la ciudad, los carteles de neón bastarían para iluminar perfectamente las calles. Pero el coche rojo, conducido por Kurosaki, fué adentrándose cada vez más en la oscuridad. Se dirigía a un barrio residencial en las afueras, lejos del bullicioso centro de la ciudad, con sus altos edificios. Era un barrio tranquilo, de casitas con jardín propio, donde daba la sensación de que las farolas no eran la iluminación suficiente.

    El yakuza bajó del coche, ignorándo el chaparrón que le caía encima, y entrándo en el jardín. Se plantó frente a la puerta, y metió su mano derecha por debajo de la chaqueta, para sostener su pistola que tenía guardada en la sobaquera. Y llamó golpeando la puerta. A los pocos segundos, para su sorpresa, esta se abrió sola. Kurosaki sacó rápidamente el arma, y apuntó, pero no había nadie. Entró por el pasillo, con el arma lista, mirando a su alrededor. Se escuchaba el sonido de agua fluir en el piso de arriba, alguien se estaba dando un baño. Se acercó a las escaleras para subir, pero tras él, al otro lado de una puerta corrediza, se escuchó una voz.

-"¿No habías venido a buscarme?"

    Kurosaki dió media vuelta, y abrió la puerta. Era una habitación pequeña, llena de pósters, estantes con miniaturas y cómics, y envases de comida a domicilio. Frente a él, dándo la espalda a un ordenador, había un chico de aspecto descuidado, con gafas; hacía bastante que no se cortaría el pelo, y la barba era de unas semanas. Sin duda, ese debía de ser Ozawa.

-"Tuviste que haberte descalzado en la entrada, has dejado el pasillo sucio"-dijo Ozawa.
-"No sé que hiciste para que tenga que venir yo hasta aquí, pero no tuviste que haberlo hecho"- dijo Kurosaki apuntándole con el arma.

    Ozawa sacó dos katanas, espadas japonesas, que habían estado colgando de la pared como decoración, y lanzó una a los pies de Kurosaki, quien se mostró algo sorprendido.

-"Qué, ¿no habías visto nunca una? Pensé que los mafias como vosotros sabíais emplearlas."-preguntó burlón Ozawa.
-"Si es tu último deseo, no veo inconveniente en hacerte morir honorablemente."-respondió Kurosaki, guardándo la pistola, ycogiendo el arma. Estaba convencido de que ese freak no duraría ni un segundo. Kurosaki era de los más diestros espadachines del lugar.

   Ambos sostuvieron sus armas, y se miraron. Kurosaki lanzó un grito, y ambos levantaron sus katanas para  atacarse mutuamente. El espacio era pequeño, y no daba oportunidad de moverse demasiado. Ambas armas chocaron desprendiendo chispas, y al momento, la pared se salpicó de sangre. Ozawa había sido capaz de, mediante una hábil finta, hacerle un corte en el costado. Kurosaki se inclinó por el dolor, y Ozawa le atravesó el hombro, retirándo la espada al instante. El yakuza soltó el arma, y Ozawa le golpeó en la cara con el mango de la katana, noqueándole.

    Poco a poco, Kurosaki abrió los ojos, recuperándo la consciencia. Oh, se sentía acalorado, parecía tener un traje que le cubría todo el cuerpo, y le daba calor. Por si no fuese poco, estaba atado a una silla, y las manoplas del traje no le dejaban apenas movilidad en los dedos para hacer nada. Estaba en un sótano, y frente a él, sentado en una silla, estaba Ozawa, con un delantal ensangrentado.

-"Bien, veo que al fin has despertado".-Kurosaki trató de responderle, pero estaba amordazado, de modo que no podía.-"No, no te esfuerces en hablar, te he tapado la boca. Y no hace falta que intentes quitarte el disfraz, sólo se abre con una cremallera a la espalda. De verdad, estás realmente adorable..."- Hizo una pausa, mirándole engatusado.-"Pero bueno, eso ya lo descubrirás tú. Sé por qué has venido a por mí, y quiero que le digas a tu jefe que no me importa cuántos como tú envie."-Kurosaki balbuceó, pero Ozawa le hizo gesto para que se detuviese-"Cálmate, cálmate. Aunque de poco servirá que te lo diga, si ahora también te digo que no eres el primero. ¿Notas algo húmedo dentro del traje?"- Kurosaki asintió, efectivamente había algo húmedo sobre su pierna, dentro del traje.-"Pues es el hígado del anterior."- Y rió de forma histérica, mientras Kurosaki trataba de escapar de las ligaduras .-"Calma, calma. Era broma. Esque me dedico a hacer comida para perro, con carne, ya sabes. ¿O no es broma?"-Y volvió a reir.

    Kurosaki miró a la única puerta que tenía a la vista. Estaba entreabierta, y al otro lado, con una luz enfermiza, se veía una máquina grande manchada de sangre. Habían sacos también manchados de sangre, posiblemente llenos de carne. Pero ¿y si de verdad ese tipo metía a gente en la máquina esa?

-"¡Hijo!"-Sonó una voz enfurecida de la planta baja.-"¡Deja de hacer tanto ruido riéndote, o tendré que hacer que tú y tu amigo vayáis a jugar a otra parte!"
-"Mamá"-Gritó Ozawa-"Ya vale, ¿no?¡ Estamos haciendo algo serio!"
-"Si, si, siempre dices lo mismo...y después te olvidas de tu madre. A ver si de una vez te dedicas a buscarte una mujer, que no quiero estar cuidándote para toda la vida."-Reprochó la mujer.
-"¡Mama! No te metas conmigo delante de los invitados. Te compraré algo."-Dijo cansado Ozawa.
-"Ya lo discutiremos, hijo, ya lo discutiremos. Ah, y no seas muy malo con ese jovencito, que era muy apuesto. Si fueses una moza..."

    Kurosaki veía cada vez más extraña la situación. ¿Dónde se había metido? Nadie le dijo que esa gente fuese tan peligrosa. Estaban enfermos, ¿cómo podía ser aquello?


-¡"Mamá!"-gritó Ozawa molesto. Tras unos segundos de silencio, Ozawa prosiguió.-"Sí, bueno, esque ella me ha ayudado a ponerte los vendajes en las heridas... Pero bueno, sigamos. Antes de que vayas a decirle nada a tu señor jefe, y eso si sobrevives para decirle algo, quiero que me compres el último tomo de Fantasy Hunter, en edición limitada. No lo he encontrado en ninguna tienda, y será gracioso ver cómo lo buscas. También quiero una revista con fotos de mujeres, y mucha comida, y que me guste. Y bueno, si de paso puedes comprar algo de porcelana de buen gusto para mi madre, estará bien."- Dijo- "Así que esto es ya una despedida. Como nota final, te diré un par de cosas. Primero, te he quitado todo lo que llevabas encima, pero te he dejado el dinero, identificación y tarjeta de crédito en un bolsillo del disfraz. Segundo, puedo ver y oir a través del disfraz, pues tiene cámaras y micrófonos. Tercero,  trata de actuar como si fueses alguien normal, ignora el disfraz, y no digas nada acerca de mí, o de tí, ni pidas ayuda. Si lo haces me habrás decepcionado. Cuarto, si me siento decepcionado, estaré molesto. El disfraz tiene pequeños explosivos en torno a lo que cubriría tus genitales y tu cabeza, sólo te lo indico para que seas consciente de ello, y después no te quejes de que no te lo dije. Quinto, si te esfuerzas, podrás quitarte la cinta adhesiva que tienes en la boca, una vez tu saliva haya aflojado el pegamento, aunque te llevará un par de horitas. Sexto, si escuchas mi voz, no te asustes, tienes auriculares puestos, por si no lo has notado, así que podré hablar contigo si me aburro. Y séptimo y último, tienes hasta el amanecer, ni más ni menos, para conseguir todo lo dicho, de  lo contrario, bueno... emplea tu imaginación. Suerte amigo, puedes irte."

    Kurosaki salió pálido de esa casa, de camino al coche. Había dejado de llover. ¿Serían ciertas las amenazas del loco ese? Desde luego, no iría a probar lo contrario. ¿Qué debía hacer? Por la noche la mayoría de las tiendas cerrarían, sería imposible encontrar tales cosas. ¿Valía la pena intentarlo? Desde luego no iba a dejarse matar por un freak como ese. Le traería todo lo que pedía, y entonces le mataría.Algo podría hacer. Por lo menos, no podría leer su pensamiento.


-"¿¡Pero qué coño!?"-Blasfemó el yakuza.

    Al verse en el reflejo del coche, vió el disfraz. Era una especie de conejo demoníaco de alguna película. ¿Cómo cojones iba a actuar ignorándo el disfraz?




Bueno, como ya dije, esta vez he llegado con algo de retraso, pero aquí está. Decir , Fantasy Hunter no existe, y el disfraz del conejo, para aquellos que no lo reconozcan, es de la película Donnie Darko. Y nada más, pues no tengo mucho tiempo a continuar. Tras dos horas invertidas aquí, me marcho a casa, a ver si llego antes de las 14:30. No recuerdo que hayan más temas en el tintero, de modo que comentad, y escribiré.
Hasta la próxima
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2 comentarios:

  1. Oh, lo siento, pero me acabo de percatar que me faltó incluir ninjas hellokitty cazadores de dragones. Bueno, si se hace alguna secuela, ya está ahí la idea.

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  2. Señoras, siento no haber podido escribir hasta ahora (en cerca de un mes), pero entre atencion a las vacaciones, y a los examenes, no he podido. La comunicacion con mi compañero Reiji acerca del futuro de este blog no ha sido fluida, de modo que por el momento, por mi parte, continuare como hice hasta ahora. También decir que me gustaría continuar una vez terminados los examenes, pero sin embargo, me sería una motivación más que importante que los lectores pidiéseis la temática del siguiente, o de lo contrario quizá me demore hasta recibir un tema.

    Os veré tras los examenes, disculpas por el retraso.

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